martes, 19 de abril de 2011

Hay algo podrido en los Estados Unidos


Parafraseando a Shakespeare, hay algo muy podrido en EEUU. El famoso Protocolo de Kyoto de 1996 es el 1er acuerdo internacional sobre el Cambio Climático, es de carácter vinculante, e impone que los países firmantes, especialmente industrializados, reduzcan sus emisiones de CO2 a la atmósfera. Este protocolo impone sanciones a los incumplidores e intentó saldar la deuda global ambiental, apoyando nuevas tecnologías menos contaminantes y promoviendo el reciclaje a escala global. EEUU no firmó este Protocolo, alegando que ajustarse a la linea del tratado comprometía las ganancias de sus empresas aumentando los costos. La Cumbre de Copenhague, ni siquiera alcanzó un acuerdo sobre el tema, pues se impuso el lobby transnacional, enviando a sus gobiernos títeres a hacer un ridículo de proporciones globales, al sabotear y secuestrar cualquier marco de acuerdo y poniendo el peso de los costos en nuevas tecnologías en los países en vías de desarrollo, todo esto en detrimento del planeta y protegiendo los bolsillos de las corporaciones. Mientras escribo, desaparecen kilometros de bosque en el Amazonas, especies animales desaparecen, mas rios mueren, las ballenas no están a salvo, y mas minerales son extraídos del suelo cada vez. Esto sucede de manera casi desregulada, indiscriminada, de manera insostenible y peligrosamente rápido. Las razones? Una sola: que las corporaciones no comprometan sus ganancias, sacarle mas dinero al planeta. 


Paralelamente a esto, nuestro ritmo de consumo a escala global, se Mcdonaliza cada vez mas, es decir, Europa, Asia y América Latina adquieren un patrón de consumo cada vez mas parecido al de EEUU, mas parecido en la cantidad de productos de poca durabilidad, de obsolescencia programada y de obsolescencia percibida en el mercado, a la par de que muchos ni siquiera son necesarios para la vida. El planeta no aguantará este ritmo depredador, pues vivimos en un planeta de recursos finitos. 

Esta actitud de falso desarrollismo, depredador y desigual en la distribución de las ganancias, se consolidó desde el siglo XVIII y XIX, justamente cuando los franceses regalaron a EEUU la estatua de la libertad, justamente cuando se comenzó a gestar el sistema industrial Norteamericano, que luego se desataría como sistema impuesto a escala global, hablamos del liberalismo económico. Este es un sistema desde cualquier perspectiva toxico. El falso discurso libertario de la democracia occidental, es toxico para la libertad del pensamiento humano, es toxico para la autodeterminación política de cualquier persona y cualquier pueblo, es toxico para la libre determinación económica de cualquier país, es toxico para la soberanía tecnológica, es toxico para el desarrollo humano y es toxico para el planeta sin lugar a dudas.

Hay algo podrido en Estados Unidos, en Europa, en todo el mundo. Se llama sistema global de dominación capitalista. Es la manzana podrida que esta matando el planeta y a quienes lo habitamos.

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