martes, 16 de agosto de 2011
La crisis del endeudamiento
La crisis global del sistema capitalista, en cuyo epicentro tiene a EEUU como principal beneficiario de la globalización, amenaza con destruir más todavía, las condición de las personas comúnes, que nada han tenido que ver con la crisis y que como hemos visto desde 2008, han sido las principales víctimas de la debacle.
Algo muy grave alrededor del problema crediticio en EEUU y Europa, es que las decisiones y medidas que se toman, están siendo promovidas por sectores minoritarios milmillonarios y tecnócratas, que aspiran a salvarse del desastre ellos mismos, a expensas de los sectores mayoritarios.
Y lo peor no ha pasado. En el marco de la crisis de endeudamiento gringo, el reciente aumento del techo de la deuda para pagar la deuda, equivale a que una persona común, le pida dinero prestado a un prestamista, a altos intereses, para pagar la tarjeta de crédito, que tiene intereses mucho más bajos y a una tasa definida. Una deuda se considera grande, en la medida que esta sea comparada al PIB, en el caso de EEUU, su deuda supera el 100% de su PIB. Pero, la capacidad de un Estado de pagar su deuda, radica en la capacidad de vender muy bien, los bonos de endeudamiento que emita. No es el caso de EEUU actualmente, cuyos bonos de deuda se venden preferencialmente y de manera coordinada y ya están siendo considerados como "toxicos" o en términos comunes, "impagables, se perdieron esos reales". Otro factor que determina la solvencia de un Estado, es que cuente con fuentes de ingresos propios (empresas, regalías, bancos y otros instrumentos). El Estado gringo no posee esos activos, pues la economía del país es fundamentalmente privada, por tanto debe recurrir a los impuestos para cumplir sus compromisos. La polémica entre los Democratas y Republicanos, cuando se discutía el aumento del techo de endeudamiento, era el llamado "Impuesto a la ganancia del capital" que propuso Obama y que no se aprobó, por presiones de los más poderosos sectores industriales y financieros. Así que el Estado, cuenta con una capacidad muy limitada de recaudar recursos para cumplir sus compromisos, tanto regulares, como de endeudamiento.
Warren Buffet, el 3er hombre más rico del mundo, pidió a Obama aumentar los impuestos a los super ricos, pues asegura que el paga menos impuestos que una persona común. Aseguró que "los súper-ricos, seguimos teniendo extraordinarias exenciones fiscales". Pero el no aumento de impuestos, supuestamente para no afectar al empleo y la inversión, es rebatible. La decisión vino de los poderosos que controlan al Gobierno de EEUU. Ya vemos que los impuestos no los aumentaron y más bien se decidió reducir el modesto gasto público, es decir, reducir la cobertura de los servicios (salud, educación y pensiones entre otros) que ayudan a las personas comunes. No hay reducción prevista al presupuesto militar. Este es un ejemplo sin condimento alguno, de una sociedad conducida por ricos tecnócratas.
La zona Euro, acumula una deuda equivalente al 82% de su PIB. Modestamente desde Venezuela podemos decir que somos el 3er país del mundo con mayores capacidades de cubrir su deuda, después de CHina y Rusia respectivamente, siendo nuestra deuda del 20% de nuestro PIB, según el banco mundial.
Pese a esto, las economías del mundo están al borde de un desastre, y las decisiones al respecto no están en manos de las economías emergentes, sino en manos de las mismas minorias milmillonarias y tecnócratas que generaron la crisis. Esto no es más que el comportamiento natural de un cuerpo económico global en crisis sistémica. Es la crisis global del capitalismo, dicen algunos. Pero la verdadera crisis es la crisis moral, de un sistema que protege a los irresponsables, saqueadores y avaros que lo dirigen, a expensas de las penurias de las personas comunes. Esa es la médula del capitalismo, pues como lo indica su nombre, no antepone a las personas, sino el capital.
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